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"Claro, no era para él. A él nunca le correspondía un voto de aprecio, una mirada positiva, un rocío amable por la mañana. Todo eso quedaba reservado para las 'mentes bien pensantes', para los que hacen 'lo justo' y siguen 'la vía establecida', sin protestas, sin anteponer el más mínimo pero a los 'dictámenes de fuerza mayor' que parecen estar ahí desde el principio de los tiempos.
Él era un salvaje, una compañía nada recomendable, un abusador en potencia de niños, un violador de mujeres solas a la menor ocasión, el encapuchado que el otro día robó en aquel banco de las afueras, el que no dejó una triste propina al mesero, el que no cedió su asiento a aquella abuela en el metropolitano. Él era aquel al que ni tan siquiera invitaba ya su familia por sospechoso de todos los males. Él era aquel que no tenía amigos, ni relaciones, ni sexo, ni nada. En la calle, causaba recelo ya desde la distancia y a la hora de obtener crédito o ingresos económicos, éstos le huían volando, tal que un ave espantada ante un extraño de mala catadura.
Mas, sin embargo, este ser era el hombre más guapo del mundo, un campo inmejorable donde crecían las verdaderas cosechas, esas que alimentan a propios y extraños, aunque éstos lo ignoren, aunque éstos lo ignoren. "
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: See Me FB)
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