"Soy normal. No digo mentiras. No pienso más que en lo común, que en lo corriente, que en lo del día a día. Me dejo llevar por mis instintos, esos que se mueven en el plano de la piel, en esa superficie.
No digo mentiras. Actúo como me han enseñado. Repito los esquemas que me han dado, funciono de una manera bien acorde a ellos. Estudio y trabajo. Los miércoles voy al cine. Me gustan las pelis de acción, de evasión, con buenos efectos especiales. Me gusta todo eso, y no pienso mucho, para qué más. Todo es correcto. Sigo la norma, lo que explicitan mis indicaciones, mi prospecto, mi libro de ruta. Soy conforme a la normativa de calidad europea. Puedo pasar fronteras con solo un sello, cumplo con el dogma, con el cliché; respondo como se espera que responda; actúo dentro de una pauta.
No digo mentiras, o creo que no las digo.
Cuando lo pienso bien, considero que toda yo, al cabo, en el fondo, en realidad, siguiendo el patrón que me han dado, soy una mentira.
No lo diré muy alto, pero me he propuesto comenzar de nuevo, con otra cabeza, con otra disposición, casi desde el punto cero, bajando hasta ahí, retomándome desde ahí, poniendo lo que me rodea en cuestión."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: thespiritscience.net)
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