No me conozco. Esto es lo único que tengo claro. Me visto de niña, de mujer, de fiesta... pero no me conozco. En la feria diaria, actúo, creyendo ser lo que me han dicho, este cuerpo, esta cara, esta voz, esta sonrisa, esta tristeza.
Camino por la vida observando, mirando aquí y allá y viendo cómo los otros hacen también lo mismo: actúan sin conocerse, interpretan el papel que les dijeron, ¡y tan contentos, oye! o eso parece.
Vengo a este mundo a no sé qué. Dicen que a seguir la pauta, que a aceptar con una sonrisa mi aparente rol en la vida: niña, mujer, madre...
No sé, no sé. Qué locura en el fondo, qué falta de sentido, qué barullo, qué confusión...
"Mío, tuyo, mis hijos... Yo por lo mío y los míos, mato". Qué confusión.
Vengo a este mundo a no sé qué, pero lo que cada día tengo más claro es que es para algo distinto a lo que me dijeron.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Gergely Szatmari. See.me)
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