Tantas veces me lo he planteado, y siempre he llegado a la misma conclusión: que solo desde el alma limpia se puede ver algo, se puede mirar con una cierta nitidez.
Tantas veces he vuelto a lo mismo; después de tener la cabeza pájaros o en las nubes o espesa espesa, como llena de denso barro. Tantas veces.
Y siempre, sí, siempre he llegado a la misma conclusión: solo cuando me depuro, veo claro. Solo cuando me depuro, acierto en mi vida, solo cuando me depuro doy los pasos adecuados; solo entonces.
Pensaba que el mundo iba a mi favor, que la vida era un jardín neutro, y que todo dependía de mí, de mi libertad de elección. No pensaba que las cosas alrededor te condicionaran tanto, que pensar por uno mismo fuese un campo de trincheras o ir levantando continuas losas que se te van poniendo encima. No.
Tantas veces me lo he planteado. Tantas veces me he echado agua fresca a la cara. Tantas veces me he mirado al espejo en busca de respuestas, que aquí estoy, progresivamente más curtida y más fuerte, progresivamente viéndolo todo más desvelado, y progresivamente más separada de la machacona "realidad" que me rodea.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Cristobal Marambio. See. Me)
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