¡Cagüenla! ¿Por qué no me lo dijeron? ¿Por qué lo mantuvieron en oscuro secreto?
Tienes que hacerte mayor para descubrir que estás hecho de cartón, de cartón piedra, y cada vez más rígido y más doblado a la par. Tienes que hacerte mayor para tocarte un día la cara y ver que da un sonidito como a hueco. Entonces te golpeas con los nudillos los pómulos, así, con cierta aprensión, es la verdad, y ya no tienes dudas: suenas a hueco, ¡estás hueco, tío!
¡Joos! -exhalas- ¡Cagüenla!
Así funciona, muchacho, te preparan a conciencia para que seas una bella figura hueca de cartón piedra, un robot con un cierto movimiento para que no te des cuenta, para que no te apercibas de en lo que estás convirtiendo. Y luego ya es tarde, ya no te puedes rebelar, ya no puedes regresar a la infancia y grabar de nuevo el disco.
¡Joos!
Mi amor, eso es la trampa, el creer que todo es perfecto tal como te lo dan, el pensar que repetir lo encontrado es una muestra de salud, el pretender que defender la tradición y lo hecho es lo positivo, el considerar que el acaparar hacia fuera es llenarse por dentro.
¡Mírate!, ahora lo ves, no te estabas llenando por dentro, en absoluto. Suenas a hueco, a hueco.
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Joanna Prusak. photodublin.com. See.Me)
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