"'Dice' el sabio:
El 'conocerse a uno mismo' debería ser el fin primordial en la vida de los seres, mas, sin embargo, este fin se ha sustituido por otros más vanos y aparentes.
En este mundo, el sentido de la vida ronda alrededor de lo material, del dinero y de cómo conseguirlo; apenas nada más parece contar.
El fin de la vida parece ser, asimismo, satisfacer al yo, al ego, a lo que 'uno considera que es'.
Mas, el sabio buscador de la verdad 'sabe', que, a la postre, los seres 'son' algo más que ese ego limitador y limitante, que ese yo o personalidad al cual 'parecen' estar ciegamente aferrados.
Los seres 'llegan' a matar incluso defendiendo a ese yo, 'llegan' a traicionar los valores más elementales del existir.
Cuando un mundo anda sumido tan solo en la conciencia del yo y de su satisfacción, anda sin remedio camino del desastre y todos sus pasos suelen ser erráticos, como los del niño perdido que no 'sabe' en el fondo a dónde va.
Cuando el mundo anda sumido en la conciencia del yo, de la personalidad, todo en él son fronteras, divisiones, enemigos, diferencias, luchas, competencias, intranquilidad...
El sabio buscador de la verdad, sin embargo, 'es' alguien que 'se ha' elevado -a través del reencuentro con 'su' esencia primordial por medio de la sana meditación- por encima de la mente dormida, anestesiada, abducida, que este mundo no obstante ensalza y promueve; 'estableciéndose' en lo que en verdad 'es', en 'su' verdadera naturaleza.
El sabio 'dice' "Ahora 'soy' un ser despierto. No un ser dormido"."
El 'conocerse a uno mismo' debería ser el fin primordial en la vida de los seres, mas, sin embargo, este fin se ha sustituido por otros más vanos y aparentes.
En este mundo, el sentido de la vida ronda alrededor de lo material, del dinero y de cómo conseguirlo; apenas nada más parece contar.
El fin de la vida parece ser, asimismo, satisfacer al yo, al ego, a lo que 'uno considera que es'.
Mas, el sabio buscador de la verdad 'sabe', que, a la postre, los seres 'son' algo más que ese ego limitador y limitante, que ese yo o personalidad al cual 'parecen' estar ciegamente aferrados.
Los seres 'llegan' a matar incluso defendiendo a ese yo, 'llegan' a traicionar los valores más elementales del existir.
Cuando un mundo anda sumido tan solo en la conciencia del yo y de su satisfacción, anda sin remedio camino del desastre y todos sus pasos suelen ser erráticos, como los del niño perdido que no 'sabe' en el fondo a dónde va.
Cuando el mundo anda sumido en la conciencia del yo, de la personalidad, todo en él son fronteras, divisiones, enemigos, diferencias, luchas, competencias, intranquilidad...
El sabio buscador de la verdad, sin embargo, 'es' alguien que 'se ha' elevado -a través del reencuentro con 'su' esencia primordial por medio de la sana meditación- por encima de la mente dormida, anestesiada, abducida, que este mundo no obstante ensalza y promueve; 'estableciéndose' en lo que en verdad 'es', en 'su' verdadera naturaleza.
El sabio 'dice' "Ahora 'soy' un ser despierto. No un ser dormido"."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: 4aguila.wordpress.com)
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