"Somos como cazadores que vamos en pos de una presa imposible, mitológica, tal vez solo soñada.
Andamos por caminos arriscados y también monte a través.
Solo casi imperceptibles murmullos o instintos nos guían en nuestra sincera expedición.
Ni un rugido, ni una pista, ni una sugerencia favorable por delante, mas bien solo una impresión encima como de haber errado la vida, como de haber perdido el tiempo al andar persiguiendo quimeras.
La ruta parece imposible muchas veces; el bosque, con su marcada indiferencia, representa ser a la vista un enemigo más, y en los momentos más crudos, incluso los murmullos internos se desvanecen y solo queda el pavor y una sensación real de vacío, de precipicio justo ahí en frente, a solo unos pasos.
Esta es la ruta del Guerrero, la del cazador sin armas, la del ser más débil y perseguido del mundo, en apariencia.
Él no lo sabe, pero en su camino, en su honesta búsqueda, se ha transformado, ha crecido inmensamente en su andar y lo que iba buscando, esa presa añorada o soñada, ese 'Dios' indefinible y perfecto, resulta que es él mismo, tal cual, como cuando te miras de frente a un espejo y te ves físicamente reflejado en él, como cuando haces eso y ves el destino de tu búsqueda justo ahí, en la imagen que ves reflejada en el espejo.
Así se hace un 'Dios'. Así realiza el ser humano su verdadera naturaleza en esta Tierra."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: kadampalife.org)
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