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"Estaba tan perdida en los hilos de la araña, que la confusión me contó un cuento y se abrieron mis ojos de niña. Nada sabía del mundo, nada sabía. La confusión se explayó abiertamente, decorando de luces y brillos mi mente infantil.
Me dijo "Lo puedes todo" "Si andas sujeta a estos consejos, llegarás a buen final".
Satisfecha, plena al ver que la vida tenía una continuidad, un guión aceptable, me limité a seguirlo, a decorarlo con cenefas y a bordar mi nombre en él.
Así me tiré media vida, como hipnotizada en el fondo. No me di cuenta de esto hasta pasar por mil tropiezos, hasta estallar de puro falsos los guiones.
Ahora, aquí sentadita, recuerdo mi época infantil reflejada en los ojos de mis hijos y descubro a la pertinaz confusión rondándoles a su vez cual mosca engatusadora y molesta.
¡Qué hacer, dios mío! ¿Permitirles tomar el insalubre a la postre caramelo de la confusión y dejar que vayan descubriendo por sí solos el conflicto de la vida, el destino que ésta marca, o actuar ya mismo y sacarles, en la medida de lo posible, de la inconsciencia y la telaraña que anda cerniéndose sobre sus cabezas?... ¿Qué hacer?"
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: curiosidades. batanga.com)
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