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"Míralo. Está ahí, siempre ahí, y siempre dispuesto a entorpecer el camino, a ir poniendo roca tras roca en él, desecho tras desecho... para que (pretendidamente) no avances, no prosigas con tu 'error'.
La ruta del sabio es como un 'Camino de Santiago' y el guardián es el encargado de llenar tal ruta de obstáculos para entorpecer el avance, para hacer desistir al buscador, para que abandone a la postre su intento.
El guardián desconoce que está ahí (en tal misión) colocado por los mismos dioses del Cielo para hacer crecer al sabio, para hacerlo elevarse sobre sí mismo, para que descubra y realice su verdadera dimensión divina, aquí, en esta misma viva, en este mismo cuerpo.
El guardián es insistente, duro como una roca, inmodificable en su actitud, en su talante. Tú eres el enemigo del pueblo para él, alguien desviado de la vía correcta, de la que indefectiblemente hay que seguir; todos a una, todos a una.
En este 'Camino de Santiago', el buscador se dejará la piel en su avance, porque este es su sino, mientras que el guardián pondrá todos los impedimentos posibles, porque este es también su sino."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: lavanguardia.com)
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