viernes, 8 de enero de 2016

Cual vigilantes silenciosos





"De tanto ir hacia lo práctico, perdí de vista a lo importante.

De tanto perseguir lo más visible, dejé de lado lo que no se veía tan claramente pero que era lo que llenaba en realidad.

De tanto ir detrás de las luces y las músicas de la feria, perdí el oído a lo que realmente llevaba a algún sitio que colmase.

Encandilado crecí, encandilado actúe, encandilado fueron pasando mis días.

Me hice un hueco a mi alrededor; logré reconocimiento y hospedaje y también seguridad.

Sonreí, pero mi sonrisa no era del todo sincera. Sonreí, pero mi sonrisa era más pantalla que otra cosa, un artificio o autoengaño para autoconvencerme de que lo estaba haciendo bien, absolutamente bien, en esta tarea del existir.

Me asocié con otros que actuaban de igual modo. Buscaba, lógicamente, su compañía, así me sentía algo menos culpable.

No funcionó la cosa, un cierto vacío continuaba acompañándome, tal como si fuese el mejor de los amigos. No me sentía bien. "¿Algún doctor por ahí?", pedí.

Aun con todo, me notaba bien rodeado por otras personas, cómo no, rodeado en mi distracción, y juntos sonreíamos y hacíamos fiestas; no importaba la falta de sinceridad en el fondo de nuestros rostros; por lo menos, de este modo, tapábamos o camuflábamos en parte nuestros temores más hondos, los que aún siguen presentes, cual vigilantes silenciosos."



(Braddha Bala)
(Fuente imagen; youtube. com)

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