"Me engaño pensando que soy un cuerpo.
Vivo por él. Para él vivo. Me miro al espejo. Me gusta mirarme al espejo; ver este rostro agraciado, este cuerpo proporcionado, elástico, atlético...
Vivo por él. Para él vivo. Me miro al espejo. Me gusta mirarme al espejo; ver este rostro agraciado, este cuerpo proporcionado, elástico, atlético...
Sí, me gusta mirarme al espejo. Y también me gusta vestir bien, que la ropa destaque lo que soy, este cuerpo, sus curvas.
Así ando, convencida de que hago lo mejor, de que soy un ejemplo para otros, de que cumplo con el patrón, con el canon de la excelencia.
Pero cuando estoy a solas, realmente a solas y desnuda en verdad, sin nada que me vista o a lo que acogerme, recupero entonces un poco la cordura y me veo como lo que no soy: ese cuerpo reflejado, este cuerpo, y me siento desasida, lejos de mí misma en realidad.
Si lo supieran las amigas, los amigos; para ellos soy un ejemplo, un modelo a imitar; flexible, atlética, educada, que se cuida... No saben que soy un globo, una burbuja, una nada, algo que inflo, maquillo y aderezo cada día para escapar de mi propia ausencia, de lo que verdaderamente debiera ser y no soy.
Por suerte, los amigos no escuchan estos pensamientos y casi todos juegan a su vez a lo mismo, a disfrazarse diariamente para saltar al escenario e interpretar un papel, el que parecemos, cada uno, tener asignado."
(Braddha Bala)
(Fuente imagen: Nude Yoga Girl. culturainquieta.com)
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